El concejal de Medio Ambiente, Juan Olea, junto al consejero delegado de Emabesa, Enrique Moya, ha repasado las acciones realizadas durante el año, que incluyen el mantenimiento de los 233 kilómetros de red de alcantarillado y más de 9.000 sumideros distribuidos en Benalmádena.

"Durante esta campaña intensiva se planea limpiar aproximadamente 3.000 imbornales y unos mil metros lineales de rejillas transversales", mencionó Moya. Para ello, se ha dividido el municipio en cinco sectores, y los técnicos de Emabesa están identificando los imbornales que necesitan limpieza urgente y las zonas con mayor riesgo de acumulación de agua.

"La limpieza de imbornales incluye la extracción de sedimentos de la arqueta o receptáculo del imbornal, la limpieza de la rejilla y, cuando sea posible, la limpieza de la acometida hasta el colector general", explicaron. Estos primeros trabajos están programados para durar tres meses, según destacó el consejero delegado.

Se recuerda que la mayoría de los imbornales se obstruyen en otoño debido a la caída de hojas de los árboles y los residuos arrojados por las personas en la vía pública. "Cuando se realiza el baldeo de las calles, toda la suciedad acaba en las alcantarillas. Por eso es importante no arrojar residuos en la vía pública y utilizar las papeleras", agregó Olea. Además, las lluvias intensas o torrenciales, cada vez más frecuentes debido al cambio climático, agravan la situación.

Además de esta campaña preventiva, la Empresa Municipal de Aguas de Benalmádena realiza el mantenimiento anual de la red de alcantarillado y los distintos sistemas de bombeo distribuidos en el municipio. Para ello, cuenta con un camión mixto de aspiración-impulsión que trabaja todo el año.

Finalmente, Emabesa recuerda a la ciudadanía que el sistema de alcantarillado comienza en los hogares, donde el uso inadecuado puede causar averías y situaciones peligrosas en el sistema general. Entre los usos inapropiados se encuentra la eliminación de toallitas húmedas de baño por el inodoro, las cuales causan atascos en las redes de alcantarillado o en las estaciones de bombeo, poniendo en grave riesgo el funcionamiento del sistema de evacuación.